El año pasado la Universidad Nacional Autónoma de México ofreció una conferencia de prensa para alertar sobre el peligro del estrés laboral en nuestro país. Los datos que presentaron Erika Villavicencio Ayub, académica de la Facultad de Psicología y Gladys Martínez Santiago de la Facultad de Medicina, me impactaron de tal manera al corroborar una situación que está lacerando considerablemente la productividad de las empresas al deteriorar la calidad de vida de los empleados.
De acuerdo con datos proporcionados por las profesoras de la UNAM, nuestro país se encuentra entre los primeros lugares con el mayor número de personas que sufren estrés laboral y destacaron que el 85 por ciento de las organizaciones no cuentan con las condiciones adecuadas para el desempeño de sus trabajadores y no cuidan a su talento humano. Estas características propician padecimientos como la adicción al trabajo, el síndrome del burnout y el ausentismo. Cuando decidí renunciar a mi empleo, después de más de dos décadas de trabajar ininterrumpidamente en una oficina, aprendí a encontrar un balance entre el tiempo que dedicaba a la empresa y mi vida personal. Reconozco que en esta nueva faceta trabajo más pues soy mi propio jefe, pero también he comprendido que el cultivar la claridad de la mente es una de las claves para enfrentar los retos y la competitividad que caracteriza al mundo de hoy. Es decir, tuve que aprender a dedicar tiempo para descansar y ejercitar el cuerpo porque había semanas que me apasionaba tanto con algún proyecto que descuidaba mi salud. Y ese fue, digámoslo, mi aha moment porque me hizo recordar que no importa si trabajas bajo el yugo del jefe más tirano, diriges los destinos de una empresa multimillonaria con un sueldo de más de seis cifras, eres un emprendedor o formas parte de una ONG con fines altruistas; sin una mente clara, luminosa y enfocada, vivirás el peor de los infiernos. Un gran erudito de India me enseñó el siguiente aforismo: Mind is man, “como es la mente es el individuo”. Si tenemos una mente angustiada, seremos seres angustiados. Si desarrollamos una mente creativa, seremos seres con la habilidad de crear continuamente. Ante las cifras de la Organización Internacional del Trabajo que indican que 2.34 millones de personas mueren al año por accidentes y enfermedades relacionadas al trabajo; la práctica del yoga y la meditación son herramientas que nos proporcionan una vía efectiva para disminuir otros efectos derivados del estrés como la gastritis, el insomnio o la colitis, además de propiciar una mejora en nuestra habilidad para convivir con los demás. Y precisamente, aquí es donde me gustaría hacer una pausa para reflexionar porque el yoga y la meditación no son únicamente eficaces para reducir el estrés. Si bien, actúan en una primera fase con beneficios que repercuten directamente en la salud del cuerpo, la riqueza de la práctica radica en una comprensión más amplia de la mente a través de una experiencia vivencial. De esta manera, al igual que nuestro cuerpo se vuelve más flexible también nuestras actitudes lo hacen. La calma que te proporcionan los estados meditativos te permite una mejor toma de decisiones creativas. Nuestra percepción se expande y comenzamos a actuar desde intenciones y metas realizables; no motivados por el miedo como un mecanismo de defensa. Si pensamos solo en el yoga y la meditación como una vía para el manejo de estrés, dejamos de lado la oportunidad de generar ambientes de trabajo sanos, no tóxicos, donde el trabajo en equipo, la colaboración y el desarrollo de las capacidades de los individuos sean claves para elevar los estándares de calidad y productividad en las empresas. El diario español El País reportó que cada vez más compañías como Google, Roche, L´Orèal, Ikea o Privalia ofrecen a sus empleados y ejecutivos clases de yoga ya que se ha demostrado que tienen un efecto inmediato en el rendimiento y la productividad. Por su parte, en Chile algunas empresas conscientes de que el sueldo no es suficiente y que se requieren de beneficios extras para mantener a los trabajadores contentos, han decidido implementar programas de yoga en las oficinas dentro de los horarios regulares de la jornada de trabajo. El salario emocional es todo lo no económico que obtiene el empleado como resultado de su trabajo, con lo que se busca aumentar la productividad y generar un desarrollo profesional y personal. En esta relación, tanto el trabajador como la empresa se benefician. De acuerdo con datos proporcionados por Aron Conchester, director de RPO & Permanent Placement en Adecco Chile, el 40 por ciento de las grandes empresas en este país ya han implementado programas de yoga y meditación. Estos son algunos de los beneficios que el yoga y la meditación aportan tanto a las empresas como a sus colaboradores. En este año que inicia, ¿por qué no implementar un programa piloto en tu lugar de trabajo? Si requieres más información, puedes consultar el sitio www.yogaentuempresa.com o adquirir el libro Date un break: una guía para el bienestar, la creatividad y la productividad laboral que lo puedes adquirir y leer en su versión impresa o digital a través de Amazon.com. Solo da clic en el siguiente enlace: www.amazon.com/dp/1977011543/ref=cm_sw_em_r_mt_dp_U_QisqCb8P2WQ1Z
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Daniel mESINOEditor de libros, instructor de yoga, director y fundador de www.yogaentuempresa.com Archivos
December 2021
Categorías |