No podemos cambiar aquello que desconocemos o deseamos ignorar. Ese es el primer paso para tomar una decisión asertiva que dirija nuestras acciones. Y es que si antes de la pandemia ya se hablaba de la depresión y el estrés como los grandes males que amenazaban la salud física, mental y emocional de los individuos, lo cierto es que, durante el confinamiento, no fueron pocas las personas que enfrentaron alteraciones en su calidad de vida derivados de los trastornos de depresión y ansiedad que se detonaron por los cambios drásticos en la cotidianidad que habíamos construido para sobrevivir.
La primera gran pregunta que nos hacemos cuando comenzamos a sentir esa profunda tristeza, mezclada con miedo y dolor emocional, que nos quita la energía, el sueño y la concentración es por dónde comenzar. Basta con escribir la palabra “depresión” en un buscador en la red y se encontrará con más de tres millones de entradas en español donde lo mismo nos encontraremos con información de los organismos de salud oficiales, consejos del coach emocional de moda, cursos terapéuticos con ángeles hasta viajes iniciáticos de ayahuasca. En este sentido, celebro la publicación de Depresión. La noche más oscura. Una mirada científica del médico especialista en neuropsiquiatría y doctor en ciencias médicas, Jesús Ramírez-Bermúdez quién además de ofrecer, desde la mirada del divulgador, una historia de la depresión, , desmonta los mitos que la rodean, presenta datos verificados a partir de los estudios más recientes y explora diversas vías como la psicoterapia y el deporte hasta los medicamentos cuya efectividad es analizada con rigor en este libro que lanza el sello Debate de Penguin Random House Mondadori. Ramírez-Bermúdez, en la introducción destaca como “al empezar el siglo XXI, el término ′depresión mayor′ se usa en forma global para hablar sobre una condición de salud, un estado clínico en el cual hay una profunda tristeza y otras emociones intensas, como el miedo y la ira, así como alteraciones del sueño, el apetito, la motivación, la sensación de energía y la capacidad para disfrutar de la vida cotidiana”. Y el mismo autor se plantea la tarea de responder hasta qué punto la depresión mayor se debe a causas biológicas y genéticas o hay que buscar las causas de esta condición en los factores sociales y ambientales. El termino trastorno mental que define a la depresión implica que hay un sufrimiento intenso y prolongado que no cede con los remedios cotidianos y es la causa de una grave disfunción social, es decir, una incapacidad del individuo para ejercer las actividades habituales en sus ámbitos interpersonales, en el trabajo, en la escuela, en las relaciones amorosas y familiares así como en las actividades recreativas por lo que la vida del paciente se altera de manera significativa como resultado del trastorno depresivo mayor. Entre varios de los aciertos de este libro, destaco la preocupación de su autor por incentivar que el diagnóstico de los trastornos de depresión se realicen de la manera más profesional para no confundir los estados de ira, tristeza y enojo que son resultado natural a las situaciones que enfrentamos como seres humanos con un trastorno de depresión mayor. Esto también propiciará el tratamiento adecuado porque si bien los medicamentos, como lo expone atinadamente el autor, son una vía para equilibrar la salud de un paciente que padece depresión, se ha detectado un consumo excesivo de los mismos lo que a la larga podría convertirse en un mal mayor. Con gran destreza narrativa, el también autor de los libros Breve diccionario clínico del alma y Un diccionario sin palabras en donde explora la intersección entre la narración clínica y el ensayo científico, cuenta la evolución de la concepción y tratamiento de la depresión a lo largo de la historia que inicia en la antigua Grecia hasta nuestros días de tal forma que permite al lector atestiguar el campo de posibles causas y tratamiento de la depresión mayor. De manera clara, expone los argumentos de las dos principales corrientes que debaten sobre si los orígenes de la depresión mayor son genéticos, biológicos; o sociales detonados por factores ambientales como son la separación, la pérdida, la violencia e incluso, situación de pobreza. El autor galardonado con el Premio Nacional de Ensayo Literario (2009) que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes aborda temas como los medicamentos antidepresivos, el efecto placebo en la depresión mayor, el suicidio, la resiliencia, la interacción entre la genética y el estrés. Así pues, en esta obra de divulgación dirigida tanto a terapeutas, psicólogos, profesionales de la salud, así como al público general, Jesús Ramírez-Bermúdez nos presenta un valioso recuento sobre los avances y descubrimientos de la psiquiatría clínica, las neurociencias, la psicología y la investigación social para beneficio de quienes han experimentado la noche más oscura, donde parece que la felicidad está prohibida y que no hay rutas para seguir adelante. Jesús Ramírez Bermúdez (Ciudad de México, 1973) trabaja en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía como clínico, investigador y profesor. Sus estudios científicos han sido publicados en revistas de alto impacto en Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Japón, en los ámbitos de la salud mental, la psiquiatría y las neurociencias clínicas, por las cuales ha obtenido reconocimientos en Australia (International Neuropsychiatric Association, 2006) y Estados Unidos (International Conference on Bipolar Disorders, Pittsburgh, 2011). Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores de México. Puedes adquirir su libro en https://www.megustaleer.mx/libros/depresin/MMX-011616
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Decidí evitar el recuento de los días que he permanecido en confinamiento. He perdido la noción del tiempo y aunque mi estilo de vida no ha cambiado mucho porque trabajo desde casa, la dinámica en general entró en una extraña mezcolanza entre una tensa calma y la incertidumbre ante el desconocimiento del impacto real y la recuperación de la economía.
El confinamiento, el aislamiento social y la falta de movilidad pueden detonar emociones contraproducentes como la frustración, el enojo, el miedo y la paranoia. Ricardo Trujillo Correa, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, advirtió que “en una multitud, la emocionalidad es contagiada y las personas se mueven por criterios de imágenes y no por la racionalidad”. Ante este escenario, la práctica del yoga ha sido una vía para recobrar la ecuanimidad y así generar, de manera sutil, una metodología para sentirme cómodo durante estos días. El maestro B.K.S. Iyengar escribió que la palabra yoga deriva de la raíz sánscrita yug que significa sujetar, reunir, uncir, juntar, dirigir la propia atención para su aplicación y uso. La pregunta es ¿qué hay que unir? Y desde mi perspectiva, es mantener la atención en la conexión que existe entre cuerpo, mente y espíritu. ¿A qué nos referimos con esto? Como un instinto de sobrevivencia, somos seres conservadores que no nos gusta cambiar de rutina ni de estilos de vida. Para entenderlo mejor, vayamos a un ejemplo. ¿Por qué dejar de comer carne cuando, por lo general, me proporciona todas las proteínas que necesito y si desde chico he sido carnívoro? ¿Por qué adoptar una nueva dieta? Y así nos podemos pasar diez, veinte, treinta o cuarenta años hasta que comienza algún problema de salud. Y si el diagnóstico del médico nos indica que tenemos que modificar nuestra dieta, el esfuerzo será titánico para lograrlo ya que nuestros hábitos, que en la filosofía del yoga se denominan samskaras, están tan arraigados que no se erradican de la noche a la mañana. Así pues, nuestros hábitos o samskaras generan pensamientos que provocan emociones que se traducen en acciones que nos llevan a ciertos resultados. Un ser en equilibrio debe ser consciente de esta conexión porque de lo contrario, la separación de mente, cuerpo y espíritu nos llevará al sufrimiento ya que comenzamos a actuar en automático y seguiremos comiendo carne a pesar de las recomendaciones médicas o nos mantendremos en una relación tóxica sin atender a la intuición de que no me producía felicidad, etcétera. En estos días, la mayoría de nosotros hemos tenido que modificar nuestras rutinas y hábitos de manera drástico y esto ha derivado en insomnio, dolores musculares, desórdenes alimenticios o problemas estomacales. Si lo que no ha enseñado el yoga es que, si nos duele, por ejemplo, la espalda, no es una zona aislada sino el resultado de las acciones. Por esa razón, debamos aprender a detenernos y observarnos. Esto es la auto indagación. Cuando te sientas incómodo durante este confinamiento, detente, observa el ritmo natural de tu respiración, elimina cualquier distractor y pregúntate: ¿Cómo alimentaste tu cuerpo? ¿Lo ejercitaste? ¿Le asignaste un descanso reparador? Si son emociones contraproducentes las que te producen incomodidad, revisa qué escuchaste a lo largo del día. ¿Cuánto tiempo destinaste a ver redes sociales o revisar noticias? ¿Te enganchas en las discusiones y los temores de otros? Si la desesperanza te lleva a un estado de ansiedad por la incertidumbre, ¿has recordado que todo está en constante cambio? ¿Cómo te relacionas con la noción de la divinidad ya sea que la entiendas como Dios, Jesús, Alá, Krishna, Gran Espíritu, el Ser, el estado luminoso, etcétera? Genera la confianza de que hay circunstancias que salen fuera de tu control y que puedes soltar para ser libre de ataduras. Conforme te hagas consciente, primero a nivel racional, de las respuestas a esta indagación, te recomiendo incorporar una práctica de meditación. Todo este trabajo de explorar tu mundo externo tendrá sentido en la medida que puedas acceder a estados meditativos. La meditación es el espacio seguro donde tanto tu mundo externo como interno se fusionan. Finalmente, hemos construido una cultura del tránsito. Por eso, este confinamiento nos ha trastornado de distintas maneras. Sin embargo, no permitas que esto te ancle en un estancamiento. La pregunta final que me hago es ¿qué me hace bien para seguir moviéndome y cómo puedo replicarlo en estos días de manera creativa? Deseo que estés bien y que pronto podamos coincidir. Te recuerdo que estamos ofreciendo clases en línea para empresas. Si quieres conocer más, descarga el folleto aquí www.yogaentuempresa.com/uploads/1/1/1/0/111076523/yoga_y_meditacio%CC%81n_en_li%CC%81nea.pdf |
Daniel mESINOEditor de libros, instructor de yoga, director y fundador de www.yogaentuempresa.com Archivos
Abril 2023
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