![]() Como parte de nuestros servicios de consultoría editorial, hemos comenzado una serie de artículos sobre el trabajo detrás de un libro. Abrimos esta primera entrega con la colaboración de Bárbara Monroy. Su opinión es muy valiosa porque permite una mirada objetiva que nos ayudará a determinar el rumbo de tu libro. Aquí su texto. Colaboración de Bárbara Monroy Gómez Son muchos los personajes que trabajamos en el mundo de la edición, entre los más desconocidos está el dictaminador. Quienes nos dedicamos a esta labor especializada nos pasamos la vida leyendo textos de autores que desean publicar, y por ello ponen su trabajo a consideración de las editoriales, las cuales dan un si o un no a partir de trabajo de un grupo de dictaminadores. ¿Qué determina que un libro de un autor novel se publique? Numerosos factores que van desde la temática del trabajo hasta la moda del momento, pasando por la forma y la extensión del texto. A los dictaminadores nos llegan trabajos por demás disimbolos que necesitan ser evaluados. Para que un libro tenga un dictamen favorable bastan dos cosas:
Esto si hablamos de narrativa. En el ámbito del ensayo la cosa no es tan diferente. Se buscan temas interesantes bien expuestos. Pero ¿qué significa interesante? A riesgo de sonar obvia diré que es algo que al lector objetivo le interesa. Puede ser una novela sobre extraterrestres o un ensayo sobre la importancia de ordenar nuestra vida. Se busca eso que capte la atención de un público determinado que, como autor tú ya elegiste. Quizá quieras llegar a adultos jóvenes y venderles un manual-ensayo sobre el manejo de sus finanzas, ahora que están iniciando su vida productiva. O quizá quieras publicar una novela de terror para adolescentes. El punto es que sea un tema interesante para tu público objetivo, el famoso target. Y ¿qué significa que esté bien contado o expuesto? El óptimo manejo del lenguaje es algo que muchos creen superado por la simple razón de ser capaces de escribir. También se piensa que carece de importancia porque hoy en día muchas personas que escriben y son famosas no usan de manera correcta el lenguaje (léase blogueros, twiteros y anexas). Para publicar un libro es necesario que el manejo del lenguaje sea óptimo. Esto es, que el mensaje llegue sin ruidos. Que se deje leer. Que sea amable. En términos de Ernest Hemingway: frases cortas y directas. Esto para lograr claridad y ritmo. Seguramente te estás preguntando: si escribo una historia interesante y bien contada ¿es seguro que me publiquen? Respondo: no necesariamente. Esa es la base para publicar cualquier libro, y es algo que los dictaminadores evaluamos como punto de partida. Además, una historia anodina y mal contada será difícilmente publicada. Como dictaminadores evaluamos fundamentalmente lo anterior, pero hay otros factores, como la extensión de la obra, que también pesan en el dictamen. Hay textos demasiado largos y otros demasiado cortos. Y también está la tendencia del momento. Actualmente se publican y leen novelas muy parecidas en extensión a las publicadas en Europa en el siglo XIX. Pero hace 25 años era impensable publicarlas. Se decía, en tono de broma, que si Tolstoi, Dostoievski, Dumas o Víctor Hugo llevaran sus novelas con algún editor de finales del siglo XX seguramente les diría que escribieran una versión más corta. Como vez los factores son varios, pero si el tema es interesante y el manejo del lenguaje es óptimo ya estás en el camino correcto. Licenciada en Ciencias de la comunicación por la UNAM, Bárbara Monroy ha ejercido durante 10 años el periodismo radiofónico. Desde hace 20 años colabora como dictaminadora en diversas editoriales. Además es catedrática de comunicación e imparte las materias de Apreciación literaria, Creación literaria y Guionismo.Para mayor información consulta: www.yogaentuempresa.com/servicios-editoriales.html
0 Comentarios
|
Daniel mESINOEditor de libros, instructor de yoga, director y fundador de www.yogaentuempresa.com Archivos
Septiembre 2023
Categorías |